Siempre me había hecho mucha ilusión ir a un clásico y le ofrecieron la oportunidad a mi padre así que fui con él y mi hermana. Fue una experiencia inolvidable ¡porqué estábamos colocados justo en medio de todos los aficionados del Madrid!
Empezó el partido y el Madrid marcó… ¡Qué horror! Tener que soportar eso en casa es duro pero en su campo… A penas tenia esperanzas y ya me estaba arrepintiendo de haber ido a ver el partido. Saqué del fondo de mi corazón todo el optimismo que tengo por muy jodida que sea la situación… ¡Y me salió bien! El Barça marcó y nos fuimos al descanso con un empate en el marcador. Al reanudarse el partido Xavi marcó otro tanto que nos ponían por delante. ¡Menuda emoción! No me lo podía creer. Del infierno en el que estaba ascendí directo al cielo.
El partido se cerró con una victoria 1-3 y me fui a dormir como si yo mismo hubiera empujado la pelota en ese gol que hizo cambiar las cosas. Era tremendamente feliz aunque todos los que me conocen ya saben que eso no es muy complicado.